Otra botella disfrutada y usada para la misma ocasión que el Carlos Plaza Roble 2010.

Este vinazo se encuentra en un momento admirable y digno de todo elógio. Las sensaciones en general han quedado plasmadas en las dos catas efectuadas anteriormente, pero hay que añadir el gran comportamiento de éste. Un caldo que no excede de los 8-10 € y tiene esa estructura, cuerpo y sobre todo redondeo, no es muy normal encontrarlo en la Península Ibérica.

Riquísimo vino y con una excelente RCP. Grande el comportamiento en más de dos horas de comida.

Otra botella disfrutada y el vino continúa tal y como se especifica más abajo.
Los aromas son de buena intensidad y complejidad, destaca la frutosidad, flores, balsámicos, tostados y regaliz.
La boca igualmente compleja y sabrosa, muy rico y lleno de matices el paso de boca, notable estructura y taninos suaves, muy bien el final.
En general un vino muy satisfactorio y con una excelente RCP.

Color picota rubi con borde granate.
Aromas de buena intensidad a frutos de varios tipos con buena maduración y expresividad, flores, balsámicos, tostados, regaliz, mineales, toques de maderas y especias dulces. Bien la complejidad.
En boca es sabroso y complejo, tiene un largo recorrido con una conjunción y tipicidad sobresaliente, la estructura notable, los taninos finos y vivos, el retronasal muy bueno con casi todos los aromas de la nariz y el final es largo y con excelente persistencia y toques de elegancia.
Un vino que me ha sorprendido gratamente, nunca esperaba que por 14-16 € esta bodega ofreciese esta calidad.