Fantástico a cada sorbo, para deleitarse y recordar.

Y después de más de dos años de espera volvemos con este Priorato que nos encantó la primera vez. Abrimos la botella con algunos problemillas, el corcho estaba tan adherido al cuello que se nos partió en dos. Con paciencia solucionamos el entuerto. Dejamos que se oxigenase por espacio de una hora y servimos a 16°C para su valoración.

VISUAL: Mantiene un color rojo picota de capa alta con el ribete en tonos rubí-marronáceos. Presenta abundante lágrima, fina y transparente (92).

OLFATIVA: En primer término asoman notas de higos secos y finos tostados. Al agitar la copa encontramos especiados de pimienta y clavo, balsámicos de eucalipto y apuntes minerales pizarrosos. Continua con aromas de avellanas tostadas, y recuerdos más terciarios, a caja de puros, cacao en polvo y cuero curtido. De intensidad media mantiene una buena complejidad aunque parece un poco cansado, un poco menos expresivo en nariz que hace dos años (89).

GUSTATIVA: En boca… uhmmm… aquí si que se muestra exhuberante. Ataque limpio y potente, de alta acidez y tremenda amplitud. De tacto espléndido, amable, cremoso, pero con los taninos perfectamente marcados, secos pero sin astringencias, una delicia. Paso por boca sedoso y elegante, dando sensación de gran vino, de alta extracción pero con una evolución magnífica, muy redondito ya. Retronasal con aromas a compota de ciruelas que da paso a un post-gusto marcadamente mineral con recuerdos amaderados y tostados. Vinazo, equilibrado y sabroso y que nos da una persistencia de 3 minutos y 15 segundos. Diría que está en su clímax ahora mismo, pero del mismo modo opino que dará guerra al menos 10 años más, tiene todo lo necesario, la única duda es cómo se mantendrá en nariz. Le subo la nota en boca, es realmente portentoso (96). Arrepentido por no haber comprado una caja de esta maravilla...

La RCP la mantenemos en muy buena. Vale con creces los 21 pavos que pagamos.

MARIDAJE: Nos tomamos la botella en tres ágapes. El primero consistió en unos contramuslos de pollo macerados en aceite de oliva arbequina y masala casero. La segunda vez fue con un exquisito solomillo de ternera al tomillo y nos la terminamos con nuestro surtido de embutidos ibéricos y queso curado. Sublime en las tres ocasiones pero destacar el maridaje con el solomillo. Espectacular cómo armonizaron los apuntes cárnicos y los herbáceos del tomillo con las notas balsámicas, tostadas y minerales de nuestro vinito. Delicioso disfrute, fantástico a cada sorbo, para deleitarse y recordar.

Salud-os!!