...Y lo que te rondaré morena.

Algo más de un año después volvemos a catar otra botella de este espectacular vino que tan popular ha hecho nuestro amigo Parker por su excelente relación calidad precio. Veamos su evolución. Abrimos la botella y la dejamos airear por una hora. Se cata a 16°C.

VISUAL: Rojo picota de capa media-alta, con el ribete cardenalicio. Lágrima abundante, lenta, densa y transparente.

OLFATIVA: De intensidad alta, brutal, apabullante diría. A copa parada desprende aromas a fruta roja madura, a mermelada de moras y arándanos y también son apreciables unas claras notas ahumadas. Al agitar encontramos mucha mineralidad, pedernal y tinta china aderezados con exquisitos herbáceos de salvia y alcaravea. Es un no parar de matices. Ahora surgen apuntes terciarios de chocolate en taza, café torrefacto, cueros y tabaco habano. Es una delicia para las pituitarias, con notas ajerezadas, dulzonas, como a chuches de fresa. La madera se aprecia con nobleza firme y clara, más que en las botellas anteriores, como si se hubiese despertado de un letargo. Un portento que ha mejorado y se ha abierto en matices sin perder un ápice de intensidad, incluso incrementándola. Espectacular.

GUSTATIVA: En boca no quiere ser menos. Apreciamos una explosión de fruta, cremoso, carnoso y majestuoso. De una acidez marcada y con los taninos aún presentes. Un cuerpo regio, altivo, con la madera marcada a fuego, devolviendo en retronasal ese toque ahumado y torrefacto. También percibimos de nuevo el fuerte carácter frutal acompotado y dulzón en el postgusto. La persistencia es larga, de unos 3 minutos, brutal. Estructura imponente, con posibilidades de evolucionar durante tres o cuatro años más por lo menos. Un año después y está fabuloso, muy mejorado...y lo que te rondaré morena.

La RCP evidentemente sigue siendo excelente, comprado por 9 euros y resulta un vinazo en evolución. Fantástico. Le subo la nota una décima porque en nariz es algo indescriptible.

Lo maridamos con un surtido de embutidos de Terrasa, de la charcutería de mi primo, una delicatessen. Longaniza seca, "butifarra negra", catalana y "butifarra de music". Este excelente vino supo manejarse entre el fuerte carácter especiado de estos embutidos ayudadándose de su magnífica acidez y mineralidad. Un disfrute para los sentidos. Un amante del Rioja (que soy yo) que cada vez se enamora más de estos maravillosos riberas. Vinazo en toda regla. Aún nos queda alguna botella...creo. Adjunto fotos.