Otra botella con ciertos años que nos apetecía abrir. Que ha salido pletórica, por cierto. Un 2011 impecable en todos los aspectos: el corcho, primoroso; el color, absolutamente bestial, dorado miel súper brillante y sin nada de sedimento; la nariz, pletórica y estable desde hace más de 24 horas, con predominancia de fruta veraniega de hueso, jazmines, mentolados, agua de azahar, brioche… ni un solo matiz sucio; Y es en boca donde consigue dar lo mejor de sí mismo, alcanzado altas cotas: paso aterciopelado que con cada sorbo llena la boca, fruta todavía en estado de gracia, conjunción de sabores, escaso alcohol, nula presencia maderosa, notable acidez. Una maravilla que nos podría recordar a buenos blancos con años. ¿Burdeos?, ¿Rioja?, por ahí podrían ir los tiros. Postgusto largo. Un blanco soberbio, que como dice mi amigo Enrique, desgraciadamente se ve muy poco.

Dorado limpio y brillante.
No es muy intenso en nariz pero sí que se muestra profundo y expresivo, con una paleta meramente mineral. Notas de frutas blancas bien maduras, piel de cítricos, ligeros ahumados y lácteos, especias y anisados. Todo muy conjuntado y armónico.
En boca muestra un buen balance entre grasa y frescura, con un preciso trabajo de madera. Con un esqueleto ácido muy logrado, de paso ligeramente graso y un final envolvente y sabroso tras el que nos quedan recuerdos frutales, ahumados y minerales, dejando una buena persistencia.
Quizá el vino más logrado del amigo X.L.Sebio, este Salvaxe hace honor a su nombre y se sitúa entre los mejores nuevos blancos de Ribeiro, con vinos de una calidad cada vez más contrastada y basada en un gran trabajo en viña y bodega. Todavía un poco joven, mejorará con algo más de guarda. Unos 25 euros, correcta RCP.

Amarillo limón con borde pálido y aspecto limpio y brillante.
Nariz profunda y carnosa de frutas de hueso y pepita en sazón, algo de piña y piel de limón, notas de cedro, humo, salitre y frescura mineral bien definida. Fondo de flores blancas y hierbas aromáticas.
Buena complejidad en boca, compacto, pureza mineral, sensación glicérica al tacto, lías finas, salinidad notable, frescura frutal y acidez viva, conforman un recorrido amplio y evocador, muy persistente, con retrogusto envolvente de frutas maceradas con aires salinos y cítricos.

Color amarillo dorado.
La nariz es de buena intensidad, notas de fruta blanca, cítricos dulces, flores blancas y hierbas aromáticas forman un conjunto atractivo que combina complejidad y frescura con un fondo mineral muy patente.
En boca tiene buena entrada, untuoso, muy buena acidez que estructura el conjunto, equilibrado en su paso, con peso, frutal, amargoso y con un final largo y mineral.
Muy buen ribero.

El blanco sin domar de hace 2 años ha ganado en complejidad y profundidad... La fruta blanca madura -el el lado denso- y las notas herbáceas -en el fresco- junto con hierbas aromáticas y apuntes minerales completan su atractivo perfil. En boca resulta más grado y consistente que el Máis Alá, aunque quizás por su acidez más marcada, resulta mas fluido. Buenos amargos y notable persistencia. Un Ribeiro que tiene cosas que decir....

Vino catado en viaje a Ribeiro organizado por C.R.D.O Ribeiro y reflejado en el artículo DE ADEGAS A COLLETEIROS. RIBEIRO TIERRA DE GRANDES VINOS. Partitura I http://www.akatavino.com/2012/07/de-adegas-colleteiros-ribeiro-tierra-de.html

La extraordinaria profundidad y carnosidad de las cepas viejas revela un vino diferente, concentrado y sápido. Su forma de cultivo, supone una menor producción, pero aporta más volumen e intensidad frutal. Mineralidad y frutalidad a partes iguales. Sumado a la concentración y finura lo hacen diferente de los vinos de hoy en día en Galicia.

Su etiqueta refleja su identidad. El zarpazo de una fiera salvaje que no fué domesticada. Salvaxe es un vino puro en el campo y bodega. Sin manipulación, ni intervención. Dosis mínimas de sulfitos y un leve filtrado. Es el concepto de “atrapar” unas cepas que vegetan libres en botella. Esto nos ha llevado unos años hasta plasmarlo en este vino.

Una auténtica fiera que permanece en su jaula, siendo esta la botella. Nos encontraremos con un vino que auna como hilo conductor de la nariz y la boca la fruta con buena dosis cítrica y salinidad. Aromas de matorral bajo cierran el conjunto olfativo. Potente en boca aún por civilizar con tremenda acidez y un final licoroso que le aporta densidad.

(Muestra de barrica). Amarillo dorado. Tiene una nariz intensa y expresiva, con notable mineralidad, toques de fruta blanca, sensaciones herbáceas, toques de hierbas aromáticas y algún apunte especiado. En boca tiene buen ataque, el paso es fresco, cítrico, con ligeros amargos, sensaciones cremosas pero estilizado, muy buena acidez, mineral, largo y con profundidad.