Una garnacha bien traída, de impecable confección

Hoy tenemos entre manos un vino de la DO Méntrida con muy buenas valoraciones en las guías. Se trata de un monovarietal de garnacha con viñedos plantados en los años 50 y 60 al pie de la Sierra de San Vicente, entre los valles del Tajo y del Tiétar, a 750 metros de altitud, sobre suelos silíceos con gran abundancia de roca madre granítica. Abrimos la botella y la dejamos respirar tal y como aconseja el maestro AntoDavila por dos horas. El tapón fantástico, ligeramente tintado en la base. Servimos a 17°C.

VISUAL: Viste un precioso color rojo cereza de capa media, con poca diferencia con el ribete. Brillante y limpio, con la lágrima fina y transparente.

OLFATIVA: A copa parada emanan aromas frutales contundentes, mucha fruta roja. En cuanto agitamos la copa la cosa se pone interesante. Nos trae recuerdos florales a rosas rojas así como sutiles notas especiadas de pimienta blanca, todo acompañado por un fondo como a chuches de fresa, muy goloso. Seguimos oliendo y aparecen ahora unos maravillosos apuntes terciarios: cacao, regaliz, finos tostados y delicados ahumados. De intensidad media-alta. Notable nariz, perfectamente armonizada.

GUSTATIVA: En boca es amplio, carnoso, con un agradable tacto lácteo, con recuerdos de yogur. Su acidez es brutal pero sin aristas, magnífica. En cuanto a los taninos se evidencian claramente aunque en ningún momento desentonan. Potente paso por boca, impone respeto, enseguida te das cuenta que te encuentras ante un vino de exquisita factura. En retronasal es delicioso, con aromas tostados y algunos frutales de fresa y frambuesa. La persistencia es alta, algo más de tres minutos.
Un vino en plena evolución que dará mucho más en los próximos años sin duda. Una garnacha bien traída, de impecable confección. Con una boca excelsa y notable en nariz. Gran vino, de notable alto.

La RCP la dejo en buena, pues se acerca a los 30 euros la botella, que no es poco.

Lo tomamos en una cena con un surtido de ibéricos de primero y un exquisito solomillo con setas y trigueros de segundo. Un vinazo que salió airoso y fue protagonista de la cena, sobresaliendo en carácter al embutido y la carne, domesticándolos diría yo. Buen vino, sí señor aunque un poco caro.
Adjunto fotos.

  • Congo 2009

    Congo 2009

  1. #1

    Expatriator69

    Unas fotos:

    • Detalle del solomillo

      Detalle del solomillo

    • Con el solomillo

      Con el solomillo

    • Detalle del embutido

      Detalle del embutido

    • Con el embutido

      Con el embutido

    • En la copa

      En la copa

    • El vino

      El vino

  2. #2

    José Gabaldón

    Hace años que lo probé y lo recuerdo contundente y con años de vida por delante, a ver si me animo y compro alguna botella por ahí, vista tu nota de cata.
    Un saludo.

  3. #3

    Expatriator69

    en respuesta a José Gabaldón
    Ver mensaje de José Gabaldón

    Hola José:
    La verdad es que me pareció un gran vino. Me alegro de haber leido el comentario de AntoDavila para así haberle dado sus dos horitas de aireación. Creo que si se decantase por un par de horas sería lo ideal.
    En fin, espero que te animes, no defrauda!!
    Saludos.

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