Pequeño gran vino.

Compre una cajita de este vino en Agosto de este año. Y allí mismo en Haro cayeron dos botellas, el vino era pura fruta, ni asomo de la barrica, ni de notas complejas, na de na. Una bomba frutal sin medida, nos hubiéramos cascado las 6 de golpe.
En Navidad abrí otra botella y el vino se mostraba huraño, no quería saber nada de fruta y de madera, se estaba ensamblando. Pedía tiempo y se lo concedí. Hasta que este sábado abrí una y otra más:

En nariz se muestra franco y claro, hay notas frutales a raudales, perfectamente tramadas a las de la madera. Hay moras negras, arándanos frescos, cálidas grosellas y un amable regaliz. Todo ello bañado en un yogur. Al tiempo, un poco la verdad, lanza toques mentolados, finos balsámicos, aromas complejos de fruta madura y especias, como el clavo. El tostado de la madera es magistral.Es sutil y elegante, tiene, ha adquirido el bouquet de un gran vino, que sin duda, lo es.

En la boca el vino es fresco, musculoso, con el punto justo de dulzor y fina acidez, sequedad tanica y carga frutal, riquísimo ahora y con un gran futuro por delante. Es un vino que gusta y embelesa, me parece perfecto, por que obtengo lo que espero de él.
Es carnoso, fruta y menta, café y chocolate, todo ello bien medido, equilibrado y elegante.
Un vino que te llena y satisface.

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