Gran oloroso viejo, pero ya estamos en unos niveles…

Ambarino oscuro, destellos yodados.
Nariz intensa y compleja, que denota la vejez de este vino. Notas de maderas viejas, frutos secos, barnices, piel de naranja, especias, ligeros torrefactos, caramelos, una nariz de gran profundidad que va mejorando con el tiempo abierto.
En boca es esencioso, largo, potente, un vino complicado pero placentero, con un marcado extracto seco, serio, que deja sensaciones de frutos secos y maderas nobles en el final, con un punto amargoso en posgusto. Larga persistencia. Vino de tragos cortos.
Esta bota nos muestra un gran oloroso viejo, un vino de enorme prestancia y complejidad, pero que nos ha dejado un poco fríos más que nada por los niveles a los que el Equipo Navazos y Fernando de Castilla nos tienen acostumbrados, vistos en botas anteriores como la Nº14 (Oloroso de Valdespino) o la Nº17 (Palo Cortado de Fernando de Castilla). Pero no seamos injustos, ante todo hablamos de un gran vino. Y a por más.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar