Con toda la razón, este verdejo suele ser valorado como el mejor con nitidez, complejidad olfativa, madurez frutal, paso de boca poderoso y rotundo, con intensidad y gran persistencia : opino lo mismo. A menudo me dicen que sólo huele y sabe a maracuyá, porque todo el mundo reconoce el aroma peculiar de está fruta exótica, incluso los aguafiestas que viven siempre con la nariz tapada. Sin embargo, hay matices más sutiles que un catador de vinos entrenado puede distinguir. Por desgracia, cuando sus invitados han tontamente cogido un resfriado y estornudan sin cesar, un aficionado apasionado pero educado se siente obligado a callar y sufrir en silencio : acabaré bebiendo solo.