Vaya cosa rica...

Casi es un sacrilegio beber estos vinos. Cuando ves descender poco a poco la botella piensas que has cometido uno de los mayores errores de tu vida... Pero mira, es ley de vida a toda botella le llega su momento.
Color negro obsidiana con reflejos caoba. Se observa la densidad en la copa.
En nariz es una conjunto de aromas difícilmente divisibles, diseccionables. Forman un conjunto perfecto con aromas de ciruelas negras, de regaliz negra, notas tostadas de café recién hecho, de caramelo de café con leche, de nuez moscada... Es una amalgama compleja que no te deja jugar con él... Solo apto para el disfrute.
En boca es denso, con un intenso dulzor que queda comedido por la tremenda acidez, lo hace fresco, amplio, te hace salibar, no cansa, sino que invita a beber más y más... Es un vino para tomarlo casi solo, como copa.

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