Cuatro meses después.

Otra botella disfrutada y siento mucho no haber comprado más, cuando las tenía en existencia el distribuidor, ahora solo quedan del 2005, que fué mejor añada, pero que todavía necesitan tiempo en la bodega.
Todas las sensaciones son las mismas, tanto en nariz como en boca. En esta ocasión lo acompañé con unas dificiles alcachofas guisadas con cordero en salsa y estuvo a la altura.
Gran vino, que hay que airear como mínimo una hora y que después de tres días abierto, se viene un pelin abajo.

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