Otra vez.

Mejoría en la etiqueta, parecida a la de sus hermanos monovarietales, aunque le sobran las letras doradas tratándose de un joven y de una zona emergente. El vino en cuestión parece como más civilizado cumpliendo con el prototipo actual de vino joven. Me gustó el 2007, que es con el que lo comparo, y me gusta este.

Buen brillo de juventud sobre un rojo cereza, aunque a decir verdad me esperaba la orilla más violácea.

Aroma goloso, de fruta roja bien madura, moras y cerezas, tiene buena frescura, aparecen notas de hierbas de monte, romero, y algo de laurel de fondo.

En boca parece estar mejor, la fruta que desprende está como en su momento óptimo, en sazón, deja una sensación dulce muy rica que se adhiere a las paredes de la boca.

Me vuelve a sorprender gratamente.

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