Podemos amontonar palabras sobre palabras, tratando de analizarlo con pelos y señales, este vino sigue siendo misterioso y lo seguirá siendo.
Su color - que oscila entre el cobrizo y el anaranjado - es siempre sorprendente incluso para sus más asiduos amantes y atrae todas las miradas. Desprende aromas enigmáticos - a la vez frutales y polvorientos - muy similares a los que podemos encontrar en un armario de mermeladas : roble viejísimo impregnado de olores a frutas confitadas y a azahar. Una acidez fenomenal decuplica la potencia de los sabores rebosantes de juventud que explotan en el paladar : predominan las notas de ciruelas pasas, de té Earl Grey, entremezcladas con otras más amargas pero infinitamente más discretas que recuerdan a las endrinas en aguardiente y a las habas de cacao.
¿ Rosado Gran Reserva ? Sí : permaneció en barrica durante cuatro años. Parece una broma en una época en la que seis meses bastan para elaborar este tipo de vino pero, siguiendo los antiguos métodos de crianza , López de Heredia no hace nada igual que los demás : el resultado es que semejante rosado se sitúa al mismo nivel de calidad que sus tintos o sus blancos y que - por razones que se nos escapan - la bodega ha suspendido la elaboración del producto hasta la añada 2008.