Para una corte papal

El segundo show stopper de la cata, el muy prestigioso y aun más buscado riesling del obispo de Erden (Erdener Prälat) es un torbellino de gasolina, manzanilla, durazno, melón, humo, miel. En boca es de ataque denso pero de paso sorprendentemente ligero, y va dejando sabores a membrillo y naranja cristalizada en medio de una textura ahumada, con raza, balance y prestancia. Un gran riesling, y si de prelados se trata, este vino bien podría estar en la corte de algún obispo de Roma durante el Renacimiento.

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