Salivemos, señores, salivemos.

Me acordaré de haberlo tomado, pero otra cosa es me quede para el recuerdo. No hace otra cosa que avivar la polémica del precio de muchos champagne.
Color maquillaje, cobrizo pálido. Me niego a recurrir al piel de cebolla, quizá por el constraste que supondría por la elegancia que tiene en nariz, floral, con manzana y fresas ácidas. En boca tiene buen ataque, aunque llega a engañar, pues entra fino y fresco, pero la acidez queda y de que manera.

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