Unos meses después...

el vino sigue siendo un vinazo sobresaliente y complejo, aunque en esta ocasión, a pesar del jarreo, tardó unas horas en abrirse.

Todas las sensaciones siguen siendo las mismas, un vino muy bien hecho y con una complejidad y sobriedad propias de una gran bodega.

Un verdadero vinazo, que a veces no justifica el precio, y que en su enfrentamiento con el Torre de Esporao, salió bastante perjudicado.

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