Botella abierta y decantada con una hora de antelación.
De color rojo picota de capa media-baja, ribete granate y lagrima densa que tiñe la copa.
Gran presencia de posos.
En nariz muestra una buena carga frutal de tipo roja, gran presencia floral, tostados y ahumados muy sutiles, especias y balsámicos muy finos.
En boca se muestra muy fresco, rústico, con una acidez muy viva y un tanino que se agarra con fuerza, final bastante persistente con recuerdos frutales y especiados.
Un buen vino, bastante fresco, el cual creo que aún está muy joven y no hará mas que ganar en botella.

Rojo rubí, ribetes rojizos, capa media.
Nariz de buena intensidad, en la que destaca su sorprendente definición floral y frutal, sobre todo tratándose de un productor tradicional. Notas muy florales, de rosas y geranios, toques frutales de ciruelas y cerezas, recuerdos especiados y balsámicos, de café en grano y ahumados. Muy fragante.
En boca muestra su enorme estructura, con un paso firme y decidido, sostenido por una acidez muy lineal. Final largo y con amplitud, tánico como mandan los cánones, pero perfectamente integrado y redondo. Buena persistencia y recuerdos finales florales y especiados. Vino de largo recorrido.
Beppe Rinaldi es un tradicionalista, aunque este vino nos engañe un poco por tener una presencia frutal más nítida que la que encontramos en otros Barolos clásicos, sin embargo se trata de un vino muy gratificante, de esos que hacen que esta zona cada vez nos guste más. Unos 50 euros, algo caro pero muy bueno.