Interesante, curioso. Color rubi, tendente a violaceo pero sin aparecer, casi casi. En nariz, es sobre todo matices de barniz suave y tb madera elegante, nueva en aromas. En boca es completo, frutal, picante, chcolate, pero poco potente eso si, tal y como esperaba. La calidad de la madera llama la atencion, no se si seran maderas nuevas pero el sabor es a madera de alta calidad y potente, arraigada, viva. No deja de ser un vino que no es primero en su bodega, por contra, cuantos vinos asi, o con mas registros hay en nuestro pais, bueno, que esto es una cata y no un hilo. Catado sin saber lo que era me ha parecido que tenia merlot que lo tiene, y cabernet sauvignon pero es franc, sabe a sauvignon, no es tan aterciolpelado como es el franc, sera el tratamiento de la uva que lo equilibra. 30 euros me ha costado. Lo considero muy correcto.

Algo tiene este vino, no sé bien que sea, que me hace pensar que se ha pasado al lado oscuro, al Dark Side of the Force.

Diré, a falta de una mejor expresión, que lo percibo como una especie de pomerol "moderno", con fruta super madura (arándanos, cerezas en compota), presencia de la crianza (a pesar de que no abunda el roble nuevo) que se deja sentir entre torrefactos, chocolate, y tonos de hierro. Boca de ataque decidido y recorrido enérgico, carece sin embargo del encanto y cremosidad que uno espera de un buen pomerol -- y aunque Lafleur Gazin no está en el Olimpo, no deja de tener cierto nombre. El vino ni siquiera tiene la tanicidad para hacerme pensar que si lo dejamos unos años va a renacer.

No es que sea un mal vino, o que no se disfrute. Es díscolo. No sé, quizá estoy siendo más papista que el papa aquí, pero el caso es que los Moeiux tienen otros pomerolitos de precio comparable (La Grave, La Grange, Certan Mazelle) que son, sin duda, más sutiles. 45 CHF en Zurich, unos 30 euros. Y si no quieres vino de los Moeiux, a ese precio te haces de un Chateau Rouget, o Clos Rene.