UNA PETIT VERDOT SIN COMPAÑIA.

Ya se han cumplido diez años desde que bodegas Arrayán plantará sus primeras viñas y lo cierto es que, sus vinos son interesantes y dignos de comentario. Yo probé hace tiempo uno de sus primeros Cabernets y lo cierto es que este Petit Verdot del 2004, me ha sorprendido y gustado mucho. Presenta un color cereza fino y algún matiz oscuro-negro. En nariz destacan notas a fruta negra madura, casi mermelada, finos cacaos, cafés, vainilla cremosa, buenos tostados y monte bajo. En boca es amplio, potente, con alguna sensación amargosa y una dulcedumbre venida por su carga alcoholica, que lo hace singular; muy fresco y de buena acidez. En definitiva, estamos ante una muy buena Petit Verdot y una bodega que tiene ganas de hacer bien las cosas y ofrece el vino al mercado, cuando está en un buen momento de consumo. Corcho 5, para mi la parte a mejorar. Cuesta sobre los 15€. Escasa producción.

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