Primera cata en nuevo territorio. Así que tiramos de clásico para acertar. Color teja húmeda. Nariz muy intensa a tabaco, vainilla y ceniza. Fruta presente. En boca es teatral y expresivo, largo, aguanta, pero estoy de acuerdo con el comentario anterior y se le empieza a notar la edad. De todas formas, "fantático".

Desde agosto del 2009 que hice la valoración de éste vino, hasta hoy debo haber tomado más de una docena de botellas, todas ellas con resultado óptimo. Mantiene el típico color con el ribete que le caracteriza y que con el paso del tiempo lógicamente irá cambiando, pero en ésta ocasión se presentaba un vino sin alma y sin cuerpo, apagado, sin expresividad y una boca que indicaba que que algo estaba fallando. El corcho mostraba algunas deficiencias, pero no las suficientes para el estado del vino. Tampoco me atrevo a decir que éste vino esté llegando a su final.

Exquisita elaboración del mejor concepto de Rioja...

Un vino que aporta gran número de sensaciones y satisfacciones, un vino para hablar entorno al mismo. Viña Ardanza Reserva 2000 acaricia el paladar con sus taninos maduros y dulces, amplio, excelente acidez que aporta frescura. Aromas de fruta negra en sazón, notas de regaliz, especias (pimienta y canela) y ligeros toques ahumados, conforman un bonito abanico aromática. Un vino tremendamente disfrutable...

VISUAL: Limpio y brillante, de capa media y color granate con marcados matices teja. Lágrima media.
OLFATIVA: Intensidad inicial media, con aromas balsámicos, eucaliptus, notas de cuero, nuez moscada. Aromas de reducción aunque la fruta sigue viva y asoma en forma de fruta roja.
GUSTATIVA: Boca ligera, con acidez ligera pero presente aún, no hay tanicidad. Goloso, fácil y de buen recorrido.
Gran vino de estilo tradicional.

Que pena que siendo un vino que nos gusta a todos los comensales...algunos forofos de éste vino en concreto...en la comida de ayer entre Terrerazo y Campillo, pedimos una botella de éste buen vino que presentaba un color de óxido, con ribete granate pálido, y de capa bajísima, con aromas químicos y moho.
No obstante nos atrevimos a probarlo constatando que era un vino sin vida, no puedo decir que avinagrado pero sí un sabor excesivamente debil y poco agradable.
En fin, personalmente es un vino que me gusta mucho y estoy plenamente convencido que el problema era de ésta botella en concreto.

El rubí se va apagando y la teja está muy presente en su color. Cacao, pimienta, cuero, fondo de barniz. En boca la madera está muy integrada, la pimienta y el cacao llenan la boca de forma muy equilibrada. Muy bueno. Abierto durante dos horas y media expresó perfectamente todos sus matices.

Desde la ultima vez ha ganado. Ha ganado en complejidad (mas aromas , mas profundos y mas duraderos). ha ganado en paso por boca con un cuerpo redondo, sin aristas con una madera perfectamente integrada y un sabor goloso a la vez que expansivo y notable. Quizás el paso del tiempo es el que marca su evolución hacia su verdadera expresión. Es como si necesitara expresarse sin prisas , como si fuera necesario dar los pasos sin prisas.
Es clásico, sin dudad , quizás hoy muy denostado (como casi todo lo clásico) , pero cuando se manifiesta lo hace desde su convicción, desde sus raíces y desde el modo en que lo hicieron. Es fiel a una idea y su fidelidad la trasmite.

Nos hemos acostumrado demasiado a los vinos modernos y estamo rechachando un grande españa.Esta en un gran bodega, y cmienza la calidad en el viña ardanza para terminar en el maravilloso 904.

Es un vino fino excelente , clásico riojano, de color rubi claro, brillante. Aroma a flores desecadas, fruta rojas, vainilla , resina, mineralidad, complejo.Cfe en segundo plano, antetodo resina.
En boca es ligero, con apunte hacia la acidez, y muy buen sabor. Es un vino muy rico. que se queda algo corto, pero de buen paso y mucha fruta roja , pero demostrado bajo la forma de la delicadeza.En retronasal aparecen especias.

Comiendo la mejor fabada de Galicia, así se disfrutó este Ardanza. Asturiana por la receta, la cocinera y la morcilla, porque lo demás (fabas, tocino, chorizo y lacón) eran gallegos y muy gallegos.
En "Casa Paco comidas desde 1932" de Lugo allí cayó el mejor Ardanza del 2000 que se haya abierto nunca. Entrar en esa casa es como traspasar la barrera del tiempo y volver a una casa de comidas de antes de la Guerra de Hermanos. Es como entrar en el viejo salón de la casa de un hombre cordial que siempre te espera con una sonrisa.
-"Estamos ofertando estos días las Jornadas de la Fabada Asturiana y el arroz con leche".
-"Pues a por ello".
-"¿Para beber?".
-"Agua grande y un Viña Ardanza".
-"Diego: ¿seguro que un Viña Ardanza?" dice mi compañera.
-"Mira la carta y a tu alrededor y dime si hay algo que se preste más...".
-"Bien".
Y tan bien...esa acidez cortando la grasa del compangu; la finura cediendo protagonismo al plato; el vigor suficiente para no dejarse asoballar; pletórico y crujiente como la empanada de zamburiñas...un vino que es todo generosidad.
Un diez para este Ardanza 2000 y ningún otro Ardanza 2000.

Nunca falla un Viña Ardanza Reserva. Complace y convence.
Color cereza / teja. Nariz de intensidad muy alta, antes de abrirse muestra su viveza mineral, madera y desván. En breve se abre la fruta roja. En boca es terso, muy equilibrado, perfecta acidez. Infalible.