Sea cual sea la añada, presenta un inconfundible color anaranjado tendiente a piel de cebolla. Desprende aromas peculiares, muy complicados de definir e identificar : una delicada y armoniosa mezcla de notas de melocotón secado y de kumquat con matices dulces de palo de rosa y de tienda de caramelos. Dotado de una estupenda acidez, explota de frescor en el centro de la boca y nos recuerda al ruibarbo, a los arándanos rojos, sabores que van cambiando y matizándose en más suaves, casi azucaradas : algo de licor de endrinas en el punto de la lengua y un dejo de ciruela pasa. Desconcertante, extravertido, de desbordante vitalidad pero - al mismo tiempo - profundo, sugerente y aureolado de misterio, este rosado sin parangón parece dar la razón a Don Rafael López de Heredia que decía : " El mejor vino es el que es más difícilmente descriptible."

He vuelto a probar otro rosado de esta bodega que me siguen pareciendo distintos a todos los demás, es elegante, muy frutal y con unas maderas finas e integradas. Es un rosado que se podría catalogar de Gran reserva, por los años en madera y manteniendo esa prestancia y finura. No soy muy amigo de los rosados pero es un buen ejemplo de como se puede hacer un gran vino incluso con los rosados. Color diferente a muchos rosados, sí se podría decir que es rosado tirando a anaranjado y un poco de color cobre, brillante y bonito. En náriz se le nota la madera fina, aromas a frutas rojas y cítricos. Un aroma muy interesante, que ya aprecié en otra añada. En boca, entra de forma muy fresca, es ligero, buena acidez y un postgusto largo. Es un gran rosado. Buenísima la relación calidad precio.

Un vino desde su elaboración totalmente inusual en este país, propio de la impronta de esta bodega, que cada día me cautiva más, no solo por ser fiel a sus principios, por no dejarse influenciar por las modas, sino por el respeto a su entorno, elaboración y mimo al cliente, con una política de precios ejemplar.

Un vino que te enamora por completo, una Julieta que busca y encuentra muchos Romeos, un concepto inimaginable de elaboración de rosado "10 años" hasta su salida al mercado. Nariz sumamente sutil y muy delicado, llena de esencia femenina con notas florales que lo convierten en perfume -recuerdos de rosa marchita- junto a fruta escarchada que le aportan peso. En boca es pleno, sabroso, seda en su recorrido y un final sostenido y muy sutíl. Del precio mejor no hablo porque simplemente es rompedor...