Lafite who??

Decantado cuatro horas. Comparado con el Touriga nacional de la misma bodega, muestra una nariz igual de compleja, fragante, con sus aromas a frutos secos y fruta negra madura; pero aquí se añade un carácter mineral elegante, que junto con los acentos a clavo, canela y cacao hacen de este vino toda una experiecia. Con todo ese poder y autoridad, uno esperaría un ataque tipo comando SWAT en el paladar. Pero no es así: tiene alas, flota, su fruta es austera y primaria y la sostiene una estructura frente a la cual un Lafite-Rothschild quedaría como un beujolais noveau. El final, largo, intenso y complejo, acaba por confirmar que este vino bien merece una guarda larga -- larga en serio. Si el Touriga nacional es un vino de placer, este Maria Theresa es de meditación, ideal para releer a Octavio Paz. 124 CHF en Zurich, unos 82 euros. ¿Los vale? Si mis dos lectores los tienen, sí. Cada centavo.

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