Comentario

La grandeza del vino hace mención a este Finca La Meda 2002, una lujuria de evolución, el resultado de todo vino de guarda, que una vez abierto decimos ¡el vino es un ser vivo, evoluciona y además de forma maravillosa!. El problema esque tristemente pocas veces podemos hacer semejante afirmación, por esto cuando me encuentro un ejemplo, lo reitero en mayúsculas. Un tinto que ya en su laborioso proceso de ensamblaje y crianza denotan las bases de este proyecto, respetar y obtener lo mejor de sus prefiloxéricas cepas, toda una rareza. Un vino que nace de unos racimos muy concentrados por la ubicación del terreno y la edad de sus viñas, con buena carga antociánica y poder alcohólico que su esmerada elaboración equilibran en boca para pasar desapercibido sus 14.5ºC, un vino que tiene signos de mayor evolución.

Cata

Visual con buena carga antociana rebajado por el tiempo con tonos cerezas guindas. En Nariz nos muestra un festival de aromas de muy buena intensidad, donde la fruta aparece viva con gestos dulces -moras, cerezas- que recuerdan a una delicada confitura de frutillos rojos. Hablamos de un tinto complejo que despliega con franqueza todos sus aromas, muy bien conjuntados con notas de tostados finos que recuerdan a los cafetales y especiados -regaliz-, para culminar con una sensación mineral que le otorgan esas viñas. En boca presume de plenitud, con un buen carácter frutal que se agarra al paladar para ampliar la longitud de sus sensaciones, taninos que años atras se mostraban con bravura, ahora muestran una doma magnífica y un carácter dulce, culminando con muy buen final y postgusto complejo. Un ejemplo de estructura, potencia, complejidad, muy bien equilibrado.