Respeto por la tierra, riesgo y autenticidad...

Un tinto poderoso en aromas, intenso, necesita tiempo para expresar y moldear toda su fuerza -recomiendo decantación-, un despliegue frutal imponente a pesar de su crianza durante 20 meses, la fruta roja silvestre -grosella, frambuesa- es protagonista, bien acompañado por notas de flores -lilas- y apuntes vegetales de café fresco, hoja de tabaco e hierbas de monte bajo que se hacen más presentes con la oxigenación donde las flores dejan paso al chocolate negro y regaliz. Esta complejidad no sería grande sin el halo permanente de su terroir, esencia mineral que reproduce en boca cierta salinidad muy limpia y refrescada por la sensación balsámica de eucalipto y menta fresca, que nos presentan unos taninos nobles y maduros aún por civilizar, apuntando gracias a su rica acidez muy buenas maneras en la evolución en botella.

Armonía
Un tinto para maridarlo con pato en su formato de confit, magret e incluso foei's, todo un placer.