En forma.

16 meses han pasado desde la último botella bebida de este vino. Botella abierta con sacacorcho de láminas. ¿Qué me he encontrado?. La superficie del corcho que está en contacto con el vino se ha roto un poco produciéndose unas pequeñas lascas.

    Mantiene un color rojo picota y evidentes notas teja. Limpio, brillante y sin ninguna precipitación en el fondo de la botella. Ribete granate y teja. Con buena, densa, abundante y lenta lágrima en su discurrir por el cáliz de la copa al que levemente tinta.

    En nariz abundantes frutas negras y rojas en sazón. No se percibe pasificación. Madera de su crianza en segundo término. ¡Manda la fruta!.

   En boca es muy elegante, frutal, equilibrado, sedoso, mineral, carnoso y fino, mantiene volumen y te llena muy satisfactoriamente la boca. Con los taninos domados y manteniendo una elegante acidez que le hace adictivo. Gratísimo, elegante y sedoso paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos.  Hubiera vivido algún que otro año más.

   Una pena es mi última botella.

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