Amarillo dorado intenso con ligeros reflejos verdosos.
En nariz se muestra medianamente intenso y algo cerrado en el inicio. Le damos aire en el decantador. Con paciencia el vino se abre y da muestras de ser un vino más joven y mineral de lo esperado. No es muy expresivo y destacan ante todo las notas cítricas, de fruta blanca madura, frutos secos y algunas lácteas. No parece para nada un vino de Viognier, muestra una seriedad impactante.
En boca es un vino graso, algo apretado y siempre poderoso. La acidez es media, la viognier no destaca en este aspecto, pero el atractivo del vino hay que buscarlo en su estructura y en su gran esqueleto. Final largo y persistente dejando recuerdos cítricos, minerales, lácteos y frutales. Un vino de gran prestancia.
Estamos sin duda ante el mejor vino de Viognier que he probado, pero a pesar de su gran calidad se me ha quedado algo corto, en especial por su precio, casi 60 euros. La verdad es que en estos precios Alemania y Borgoña salen vencedoras. Pero ojo, estamos ante un gran vino que merece la pena probarse. Muy joven todavía, rompiendo los habituales esquemas de longevidad de esta casta.
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