Rojo picota, ribetes amoratados, capa alta.
Nariz de buena intensidad, que tras un par de horas de aire se muestra limpia y definida, con frutas negras maduras, recuerdos balsámicos y minerales, un ligero fondo especiado y de regaliz, café en grano y tabaco rubio. De corte más austero que exuberante y siempre muy térreo y mineral. Interesante.
En boca se muestra potente, bien estructurado, con acidez, de paso firme y redondo con un final bastante profundo que nos deja notas de frutas negras, toques minerales y recuerdos balsámicos. Tanino firme, resulta algo seco y astringente en el final y esto resta un poco de redondez al conjunto.
Este es un vino que siempre nos pareció muy bueno en las catas, limpio, definido, con un gran trabajo de viña, pero esta vez lo enfrentamos a la prueba clave que no es otra que comer con él y…no la aguantó. A la tercera copa ya cansa algo por un tanino algo secante. Y eso es para nosotros un problema. Un vino para catar por tanto. Unos 36 euros.