Dos años después

Dos años después. Justo.
Los mismos comensales que bebimos ese dia nos dimos de nuevo cita.
Los que no, no hizo falta.
Esta vez no decanté. Y lo cierto es que yo contrario a decantar, pero este vino lo necesita.
Sobretodo en boca. Es muy potente y me da la sensación de que éste, que no decantamos,
fue más duro en boca que el de hace dos años. Claro que cada botella tiene su vida, y cada situación es diferente.

Sigue siendo un vino lleno de fuerza y poderío. Un caldo que no se arruga con el tiempo.
Esta botella la compré por 34 euros en la primavera de 2008 y, hoy creo que su estructura ha crecido en la botella.

Su vestido sigue siendo negro, de noche,con ribetes todavía amoratados, lleno de luz y brillante. Sus aromas, llenos de futa roja, dominando las frambuesas, los higos rojos, las moras y los arándanos. Y los matices de la madera lleno de recuerdos de montebajo y café.

La boca es corpulencia y estructura, nervio y fruta. Un punto cálido. Recuerdos de ron con pasas, regaliz, café y mermelada de fruta roja. Puede con todo.

Y lo mejor es que mejorará con el tiempo. Y todavía mucho más.

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