Para mí sigue siendo el mejor Reserva de la Finca de los últimos diez años.
Se encuentra evolucionado, con intensos aromas de crianza, panadería y levaduras que ocultan bastante la fruta. No está tan fresco y a manzana como hace dos o tes años; se ha hecho más serio, vinoso y mineral; la burbuja no abunda y, la que hay es finísima, casi imperceptible a la vista y cremosa en boca.
Sabroso e intenso en boca...parece otro vino distinto a los últimos 2003 que he probado. La acidez sigue ahí, estimulando papilas durante muchos segundos en el retrogusto. El cuerpo ha perdido algo de contundencia. Gran recorrido, muy largo.
Da la impresión de que está iniciando su declive, aunque dependiendo de las condiciones de guarda aún puede sorprender y continuar ofreciendo momentos de placer...