Rico y fresco

Este monastrell tiene la virtud de beberse con suma facilidad, cosa no muy habitual en su zona y variedad.
Tiene un color rojo picota granatoso, intenso, pero no cerrado, brillante y con una bonita lágrima.
En nariz muestra una fruta negra madura, ciruelas sobretodo, con algunos frutillos del bosque de fondo, bastante monte bajo, algo de aceituna negra, regaliz y ligeros recuerdos de la madera y unas buenas notas terrosas de fondo.
En boca me llama la atención un tanino polvoriento bastante equilibrado con esa sorprendente acidez que hacen sumamente agradables los sorbos, dominados por la frutosidad y la terrosidad en un final bastante agradable. Un vino con una buena estructura en boca, el alcohol, solo se nota por sus efectos tras unas cuantas copas.
Por curiosidad hemos mirado el pH y nos ha sorprendido un 3.31. Enhorabuena a Pepe por este vino.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar