Sorpresa en mi última botella

Hace unos meses que caté por última vez este tinto y anuncié, con modos de falso profeta, el comienzo de su línea descendente. Sin embargo, en ésta, la última botella de la añada 2003 que guardaba de este tinto (del que siempre procuro tener existencias en mi armario-bodega), me he encontrado con una grata sorpresa, que no hace más que confirmar que el vino es un mundo por descubrir "en cada botella". En esta última, me topé con...

... una visual de color cereza oscuro, con una capa muy alta que hacían del vino un líquido prácticamente opaco, casi negro. Con una lágrima muy abundante, glicérica y tintada. Limpio y brillante. Luminoso.

La nariz muestra, a copa parada, un primer plano de vainillas y especias dulces, producto de un paso del vino por finas maderas que ha perdurado en su esencia de tostado suaves a lo largo de su estancia en botella. Con una fruta abundante en primer plano, muy madura, con apuntes confitados: fruta roja, grosellas y moras rojas. Notas de pimentón dulce, muy propias de una cabernet exquisitamente madurada en una añada de difícil ejecución. Notas muy golosas. Tras agitar la copa, parece nuevamente la fruta roja madura, y se le unen arpegios de fruta negra (quizás algo de arándanos negros) en confitura. Mermelada de frutas del bosque. Vainillas, cafés y recuerdos de finos tostados. El perfil refrescante se expresa en nariz en forma de retamas y apuntes de monte bajo, con balsámicos de menta fresca. En evolución aparecen las notas de azúcar quemado, de caramelo, toffee y café.

La boca es muy sabrosa, con una moderada pero ajustada frescura que invita a seguir bebiendo. Los taninos están ya completamente pulidos. Es amplio, sabroso, elegante a pesar del corte de vino maduro y goloso. Notas de especias dulces y de vainillas, con muy buena longitud.

En definitiva, un vino que, a pesar de proceder de una añada difícil por la climatología extrema del verano de 2003, se ha mantenido en perfecta forma, conservando el carácter frutal y la elegancia y con magnífica evolución de las notas de crianzas, que se han integrado a la perfección para componer un buqué muy sugerente y disfrutable. Lástima que fuera mi última botella... de 2003...

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