¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Visual, picota oscuro, casi negro, manteniendo aún, pese a su "prolongado" paso por botella, los colores y la capa de su juventud, con tonos muy cubiertos y el borde degradado. Todavía presenta, increíblemente, algunos reflejos violáceos. La lágrima es abundante y tintada.

En nariz, a copa parada, hay un primer plano de fruta negra muy madura, casi sobremadurada, con notas ya patentes de frutos secos: nueces y almendras crudas. Tras agitar la copa, la nariz se vuelve bastante tímida, algo cerrada, pidiendo a gritos una buena dosis de oxigenación para conseguir su plena expresión. Se nota su evolución y sus inicios de añada muy cálida: hay ligeras notas de barnices y cueros; casi han desaparecido los aromas en línea de los especiados que se encontraban muy presentes hace un año y que tan agradablemente adornaban el buqué. En su lugar, hay ya algunas notas de reducción, de cueros, algo de bosque umbrío y de hojarasca, unidas a notas más patentas ahora de frutos secos. Sin embargo, aun hay un fondo patente de fruta negra, y algo de fruta roja, fresca, va apareciendo a medida que el vino se va abriendo, aunque las notas frutales son cada vez más licorosas y se transforman con el paso de los minutos en apuntes de cerezas en licor. Por último, cuando se da "tiempo" al vino, asoman, tímidamente, algunos apuntes de pimienta negra que, "en otros tiempos", eran mucho más amables.

En boca, sigue presentando buena intensidad y amplitud. Está ya muy pulido, presentando un paso muy sedoso y placentero en cuanto a la textura. Goloso. Es fresco, pese a que procede de una añada donde la sobremaduración hubiera podido implicar otros finales. Hay más notas frutales en boca de lo que podría esperarse después de la fase olfativa. Por otro lado, presenta un final de buena longitud donde, aquí sí, permanecen las notas de especias tan sugerentes en este vino. Es ligeramente amargoso, lo que contribuye a su frescura. Finalmente, los apuntes de frutos secos de la nariz están también presentes, someramente, en boca.

En definitiva, un vino que, para mí, sigue estando en muy buen momento, con fruta aún presente en nariz y en boca, aunque con evidentes notas de reducción que empiezan ya a prevalecer. En mi modesta opinión, este vino ya pasó por su mejor momento hace algunos meses y, aunque sigue estando bastante bueno, no creo que pueda ofrecer más de lo que ya ofreció en su día: ahora sólo le quedaría ir en línea descendente, por lo que, en mi opinión, es momento de agotar las reservas que uno tenga para dar paso a otras añadas más frescas.

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