Mi última botella

Sigue impresionándome.
Sigue fiel a su estilo.
Unico, personal, diferenciado y con identidad propia. Potente pero fresco.
Me quedo con eso...es irrepetible.
Esta vez lo el meridaje no era el perfecto, pero va ganando fuerza en la copa de una manera inesperada.
Hoy es capicua.

He encontrado, esta vez, incienso, lácteos, algarrobas maduras, aceitunas negras, tierra humeda, piñones y resina, cerezas en licor, fruta roja encompota y boletus.

Un vino PP: Profundo y persistente.

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