El vino tenía todo lo que pido a un buen Barolo, corpulencia, esqueleto, acidez, profundidad… pero la tanicidad era mucho menos de fruta y mucho más de madera nueva.
Tres horas después, tengo el recuerdo retronasal de un barolazo, pero tomándolo esa madera sobraba, es mi opinión, así lo sentí (falto de tiempo?). Estaba muy equilibrado en todo, mucho, pero era más parecido a grandes vinos de otras partes del mundo, incluida España, ricos, muy ricos, pero este no es mi Barolo, que me lo han cambiado.

Nariz en la que, nuevamente, tienen gran presencia las notas mentoladas y balsámicas, junto a fruta madura, especiados, heno seco, tabaco, cueros finos, cacao. Fragante y complejo. En boca resulta amplio, sabroso, equilibrado y bien estructurado. Goloso y con buena persistencia. Muy elegante.

Nariz expresiva y elegante en la que inicialmente aparecen notas de alcohol de farmacia. Toques animales y buena carga fruta con sutiles recuerdos terrosos. En boca tiene enorme acidez, ataque potente, envolvente y con volumen. PVP aprox. 60€.

Color picota bastante cubierto. Nariz frutal, con puntas de acetato al comienzo, zarzaparilla y vainilla. Boca carnosa, densa, largo, sabroso, algo secante el tanino en los laterales de la lengua. Es un vino muy bien elaborado, muy equilibrado, pero de concepción más internacional que otros Barolos.