Tras el corazón esmeralda

Una de las joyas de la corona, mítico vino y mítica añada viene a mi memoria, en una grandiosa cata celebrada con mis amigos franceses, donde pudimos probar toda la gama de chateua de beaucastel, incluído el Hommage a Jacques Perrin y el mágnifico Rossanne vielles vignes uno de los mejores vinos blancos de Francia.

Aunque la ingeniosa mezcla de varietales y coupage merece ya una medalla: 5% Cinsault, 10% Counoise, 30% Grenache, 30% Mourvedre, 20% Syrah, 5% Terret Noir, supondría un dolor de cabeza para homogeneizar el vino el problema queda resuelto con el paso del tiempo, donde los aromas y sabores se ensamblan a la perfección.

Color rojo teja opaco, con ciertas particulas en suspensión, fruto de la ausencia de filtración, aromas de caja de puros habanos, maderas nobles, chocolatería y marroquineria destacaría yo, y ese particular aroma de brett, tan típico de este chateau gracias a su crianza en barricas viejas y de particular toneleria.

También destaca la confitura de grosella y puromoro, regaliz, e incluso balsámico cuando se abre el vino, su boca es espectacular con un textura suave y aterciopelada, y un tanino magnífico que engrapa la boca y las encías, produciendo un incipiente sensación de masticar regaliz, extracto de ramitas de árbol, con particular nobleza, sin molestar pero insistente y longeva en el tiempo. Rugoso al tacto también en el paladar pues su concentración no pasa inadvertida, expresión de terroir y sensación terrosa al mismo tiempo,

joder que vino!!!!

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