Fantástico amontillado viejo, aunque…

Caoba claro con destellos cobrizos.
Nariz poco expresiva al abrir la botella, algo reducida, al segundo día de abierta la botella comienza a expresarse como esperamos de un vino de este estilo, de forma intensa y compleja, con notas de frutos secos, maderas nobles, tonos balsámicos, especias orientales, barnices, corteza de naranja, incluso recuerdos de su origen de fino, con ese toque punzante y en parte salino.
En boca es un vino de enorme equilibrio porque dada su vejez resulta comprensible y muy disfrutable, quizá carezca de la complejidad de otros pero a cambio es un vino sumamente elegante. Aun así, deja patente su personalidad siendo un vino largo y poderoso, de final de frutos secos amargos donde vuelven esas maderas nobles. Gran persistencia.
Un amontillado viejo con todas las de la ley que además resulta amable y comprensible para quien quiera acercarse a estos inigualables vinos, quizá lo único en su contra es que hemos notado una importante diferencia con la versión de bota, que nos pareció sencillamente estratosférica. En cualquier caso un gran vino. Unos 55 euros, excelente RCP como es norma.

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