Gran personalidad y en plena fase ascendente.

Nos agenciamos este vino de Carlos Moro en su aventura riojana. Decir que tenemos un 2015 en capilla y que por error nos trajimos a Ecuador esta añada 2017 antes, cosas que pasan... Con sus 18 meses de crianza a ver qué nos depara. Abrimos la botella y esperamos 2 horas antes de proceder con su valoración a 17°. Corcho largo, compacto y tintado tan solo en su base.

VISUAL: Bonito color rojo picota de capa alta, con un brillante ribete de amplitud media en tonalidades rubí. De abundante lágrima, esbelta y transparente (92).

OLFATIVA: Percibimos una amalgama de fruta fresca y madura de entrada. Fresas, frambuesas, mermelada de ciruela y de arándano negro. Agitamos y asoman especiados de clavo, pimienta negra y vainilla. También hay fragancias florales de rosas rojas junto con herbáceos de montebajo mediterráneo, a orégano y similares. Ahora encontramos un perfil balsámico y licoroso, con notas de eucalipto mentolado, regaliz y duelas envinadas. Por último los terciarios, esos 18 meses de crianza, aportando apuntes de cuero viejo, chocolate negro y ebanistería fina, sin dejar de percibir esas duelas envinadas. Complejo e intenso (92).

GUSTATIVA: Potente, de alta extracción y licoroso, con notas de guindas en licor en su paso por boca, acompañadas por un tanino por pulir, con cierta astringencia aunque sin molestar, aportando personalidad. Acidez controlada, con el tanino protagonista y con un retronasal floral y especiado, a rosas rojas y clavo. Vino contundente, con poderío, carnoso y muy amplio, desplegando en el post-gusto sabores frutosos frescos y acompotados. Finalmente hay una presencia de la barrica marcada, con unos delicados tostaditos y con notas de ebanistería y roble. De gran personalidad y en plena fase ascendente, creo que alcanzará su clímax en no menos de 5 años, aunque se puede consumir perfectamente en estos momentos (92).

La RCP atendiendo a que lo conseguimos por unos 21 euros, y con el potencial de mejora que le veo, me parece muy buena.

MARIDAJE: Lo abrimos con un Porterhouse steak al tomillo con papas chaucha y all-i-oli. Otro día acompañó nuestro surtido de queso curado, embutidos y jamón ibéricos, y nos lo terminamos con unos contramuslos de pollo en masala. El vino pedía a gritos el "cacho" carne del primer día, sabores cárnicos y sanguíneos para acompañar la licorosidad y los intensos taninos que posee. ¡Ojo!, con los embutidos y el jamón ibérico espectacular también. Tremendo disfrute amigos.

Salud-os!!

VIDEOCATA:  https://youtu.be/7WLQMlsVv9Y

Salud-os!!