El color es como el de un tinto joven.
En nariz, durante los dos días que lo hemos tenido abierto, ha evolucionado positivamente. Desde los aromas minerales del principio, pasando por los herbáceos, hasta la frambuesa y otras frutas rojas.
En boca es donde más percibimos su alma de tinto. Tiene una buena estructura, el paso es sedoso y la acidez es notable. Se bebe muy bien, no empalaga, y como sólo tiene 12.5º, tampoco embriaga.
Final primario.
Muy cumplidor. A veces son los vinos que apetecen.
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