Que siga así

El básico, el del tapón de rosca es el que hoy nos atañe.

Amarillo verdoso. Brillante, predominantemente limpio, aunque con esas sales (¿sulfuroso?) tan características de ciertos vinos centroeuropeos.

En nariz se nos viene un golpe aromático desde el primer momento. Notas cítricas, dulces, aromáticas, frescas, punzantes, picantes y minerales. Posteriormente intentaremos descifrar cuál es cuál.

La boca es, como siempre, ácida, aterciopelada, perfumada, de cuerpo medio, no alcohólica y pedregosa. Menta, limones, piña, miel, pimienta blanca y toques a roca.

Final largo. Mucho más de lo que podríamos pensar en un blanco básico. Perfumado y pedregoso.

Que siga así, cuantos más años, mejor.

 

 

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