Cuando lo abrimos el otro día, en nariz nos gustó, pero en boca nos pareció demasiado áspero, pesado e incluso alcohólico. Tanto es así, que durante un par de días o tres, sólo me lo iba bebiendo de copa en copa. Hoy, dándole su última oportunidad, veo que ha cambiado para mejor. En nariz sigue igual, sacando tonos a fruta no madura, punzantes, animales y minerales (me conformo con eso) y la boca se ha afinado echando fuera la abundancia de alcohol de materia sobrante. El resultado es un Borgoña genérico con una personalidad que aunque ha sido cambiante, ahora nos parece clásica, con acidez y sin madera. No he probado mucho de este productor y tengo mis dudas: los blancos no me apasionan y algún tinto como éste me parece que tiene demasiados vaivenes, habiéndome gustado mucho hoy.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.