Las mismas sensaciones... estamos ante un vino grandioso, de los que no se olvidan.

Aquí estamos de nuevo, 6 meses después, a disfrutar de otra botella de esta joyita. Abrimos la botella (con un nivel de líquido excelente, por encima de los hombros) con nuestro abridor de lamas y con un poco de paciencia conseguimos sacar el corcho íntegro. Salió húmedo en su totalidad, muy largo pero todavía compacto. Lo dejamos respirar durante 90 minutos y lo catamos a 18°C.

VISUAL: Posee un color rojo rubí, algo atejado, sin ribete y de capa media-baja. Muy brillante. Apreciamos una menor intensidad de color que en la anterior botella.

OLFATIVA: En su reposo ya no es tan modosito como lo fue en Febrero, nos muestra fruta roja madura y un toque a eucalipto mentolado pero con intensidad. Al agitar volvemos a sumergirnos en ese bosque umbrío con notas de humedad, musgo, pino mediterráneo, sotobosque, trufa, tomillo, romero, hierbabuena...todo un fantástico abanico de herbáceos. Y de las entrañas de la bestia surgen también aromas florales a rosas marchitas así como especiados a canela, clavo y pimienta. Volvemos a sentir la grandiosidad de las largas crianzas, aromas de duelas envinadas, y toda la retaila de terciarios, tabaco de pipa, cuero ruso, chocolate negro, café jamaicano, regaliz y como no....roble, mucho roble. Volvemos a disfrutar de este manantial de aromas que nos embelesa a cada cata. Por supuesto que su intensidad en nariz es alta, abrumadora diría yo.

GUSTATIVA: En boca no se anda atrás y nos maravilla de nuevo. Su suavidad aterciopelada en el paso por boca unida a su amplitud y opulencia es una obra de arte, delicada y grandiosa, como un cuadro de Botticelli, capaz de emocionarnos. De una acidez inusitada, con los taninos aún perceptibles, tiene una estructura megalítica, puede mantenerse en pie como un dolmen, por los siglos de los siglos. Quien diría que tiene 45 años...en cata a ciegas podría pasar por un 94 tranquilamente. En retronasal volvemos a apreciar su carácter frutal, el toque mentolado y esos recuerdos especiados de pimienta negra, canela y vainilla. La persistencia es una barbaridad, más de tres minutos.

Respecto a la cata del año pasado tengo las mismas sensaciones...estamos ante un vino grandioso, de los que no se olvidan. Tan solo ligeras diferencias, en el color, algo más pálido, en la nariz, que parece haya crecido en intensidad y en boca que sigue redondeándose, algo increíble, digno de elogiar. No me cansaré de recalcar que este vino es un ejemplo de libro de la intensa nariz y de la colosal acidez de las que presume la maravillosa cosecha del 70 en la Rioja. En cuanto a su calificación le subo la nota una décima, se lo merece. Qué placer disfrutar de un vino así y los años que le quedan de cuerda.

La RCP ya lo comenté anteriormente, excelente...

Para celebrar la apertura de esta delicia de vino preparamos una Vichissoise fresquita como entrante y un solomillo con salsa de moras y papaya con crujientes de ajo como plato fuerte. El vino se creció con la crema francesa y ese toque de tomillo que le dimos y jugueteó con los aromas frutales de la salsa del solomillo, una combinación realmente acertada. No me cansaré nunca de gozar de estos viejunos. Que maravilla!!
Adjunto fotos en comentarios...

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Expatriator69

    Ahí van unas fotos:

    • Solomillo en salsa de moras y papaya

      Solomillo en salsa de moras y papaya

    • La Vichissoise

      La Vichissoise

    • La cena

      La cena

    • El tapón enterito...

      El tapón enterito...

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