Botella bordelesa estándar. Etiquetado moderno, de cierta austeridad pero con información suficiente.

Cápsula roja y negra con letras blancas de la bodega bajo fondo rojo, en la parte superior el mapa de la península con la Ribera del Duero señalada.

Cierre de corcho de aglomerado técnico más que suficiente para esta tipología de vinos (de consumo en 3-5 años máximo) y con pinta de DIAM sin realmente serlo (no lo pone).

Sacado de nevera y descorchado una hora antes de tomarlo.

Atemperado y servido en buenas copas de cierta amplitud.

Servido a unos 15-16ºC.

Visual

Picota claro con tonos cereza y rubí, capa media, ribete granate-transparente con muy leves reminiscencias violáceas que indican que ya ha pasado su fase juvenil y que está en una fase algo más madura a sus casi 4 años. Limpio, brillante, de fina y abundante lágrima de rápida caída.

Muy buena visual en un joven-roble de 4 años. Packaging y corcho correctos para su PVP (que veremos es muy competitivo). (8,4)

Nariz

De intensidad media-alta a fruta roja madura y fruta negra algo fresca aún, abundantes especias dulces, clavo, regaliz rojo, chuches, vainilla, coco, ahumados, flores rosas y flores violetas, un punto vegetal, potentes balsámico-mentolados, herbáceos de monte bajo, tabaco rubio, un punto mineral como de grafito, mina de lápiz, toffee, torrefactos y suaves tostados de roble de calidad que envuelven todo el conjunto (pero en segundo plano con las notas frutales y florales).

Muy buena nariz, en intensidad y complejidad, para su gama y al máximo, EMHO, de lo que este vino puede dar dentro de su tipología-edad y precio. (8,6)

Boca

Ataque frutal y fresco a tope, sabroso, de muy buena acidez, muy seco, expansivo, de buen volumen, densidad media-alta, cuerpo y estructura medias.

El paso por boca es frutoso, especiado, levemente cremoso y untuoso, muy vivo y nervioso, con un buen punto vegetal y astringente (parece que una parte se haya hecho con raspón), de taninos poderosos y crujientes, algo verdes todavía pero ya bien conjuntados con la acidez, la madera y el alcohol.

El final es de buena longitud, con mucha fruta roja levemente madura pero aún con mucho frescor, especias dulces, regaliz, mentolados a tope, un puntito vegetal y con leves ahumados y fondo de maderas que dejan un retrogusto estupendo; en vía retronasal se repiten esos frutillos rojos de media madurez, notas como de chuches, florales, vegetales y balsámicas que lo redondean estupendamente bien.

Muy buena boca para la gama en la que nos movemos. Tiene un poco de todo y está en su momento álgido con casi 4 años de edad. (8,7)

Su PVP es de 4,5€ en la web www.bebevino.es.

Muy buen Joven Roble burgalés, de Gumiel de Izán y de excelente RCP para lo que ofrece.

Se bebe con mucha facilidad, es muy jovial, agradable y sin complicaciones.

No tiene el punto o nivel de complejidad, madurez, elegancia y sedosidad de otros Joven Roble de la DO (La Planta de Arzuaga, Melior de Matarromera, Finca Resalso de Emilio Moro o Pago de los Capellanes Joven Roble) pero la diferencia sensorial entre este Lazo de Castilla Joven y esos vinos es bastante menor que la diferencia de PVP que tienen (en el caso de Capellanes Joven Roble, ya se mueve en los 12-15€ en muchas tiendas). Casi compras 2-3 botellas de Lazo frente a una de sus competidores.

Podría haber aguantado 2-3 años más en botella, pero creo que es absurdo dejarlo estar más tiempo y, en el caso de esta añada 2016, la bebería en unos meses o, como mucho, un año para aprovechar las bondades del mismo.