Espléndido vino en magnífico momento de madurez

Botella bordelesa de vidrio similar a la de Condado de Haza Crianza.

Etiquetado clásico de la bodega, austero y de fondo blanco característico de este vino, con contraetiqueta sin información.

Corcho natural de bastante longitud, gran calidad y poco bañado (1-2 mm) en vino rojo picota muy oscuro. El corcho está, prácticamente nuevo. Lo extraemos con láminas pero casi seguro que con dos tiempos hubiera podido salir bien.

Filtramos y decantamos durante al menos 1 hora antes de su disfrute.

Visual

Rojo picota oscuro de capa media-alta casi alta, ribete cereza-ocre-transparente, limpio, brillante y de abundante lágrima, ancha y de lenta caída.

Excelente visual y corcho en un vino ya de 15 años. (9,6)

Nariz

De elevada intensidad que, desde el principio, es una maravilla. Aromas de gran vino, de buena profundidad y gran complejidad.

Aparecen frutos negros maduros casi en licor, un toque de endrinas, balsámico-mentolados muy poderosos que otorgan una gran frescura al conjunto, especias dulces, clavo, pimienta negra, laurel, regaliz, tinta china, elevada mineralidad, tostados de enorme calidad (muy buena madera), chocolate negro, ligeros torrefactos, toffee y herbáceos de monte bajo.

Muy buena intensidad, bastante profundidad y gran complejidad en un vino que se nota está en el máximo (óptimo) de madurez, dando todo lo que tiene y ha desarrollado en estos 15 años de vida y los más de 12 años de botella que tiene ahora mismo.

Desde luego, tiene aromas de gran vino y parece más caro (aún) de lo que ya es (entre 20-29€/botella). (9,4)

Boca

Ataque contundente y potente pero, a la vez, extremadamente elegante y sedoso, muy equilibrado, con muchísima fruta negra muy madura, seco, balsámicos a raudales que le otorgan frescura, gran volumen, expansivo, densidad media plus, acidez media-alta, muy buena estructura y gran cuerpo.

El paso por boca es de guante de seda, sabroso, con taninos dulces, pulidos y redondos pero que aún se notan firmes y sin signos de debilidad o declive. 

El final es largo y profundo, con notas de fruta negra muy madura, especias dulces, chocolate, menta, herbáceos y un fondo mineral y tostado excepcional; en vía retronasal reaparecen esos balsámicos, esos tostados, esos frutos negros, el laurel y recuerdos sutiles como de crema pastelera que lo rematan fenomenalmente bien.

El alcohol, a pesar de su 15% de volumen, está, como la tanicidad y la acidez, excelentemente integrada y no se nota en absoluto la graduación al tomarlo (es un vino, efectivamente, muy fácil de beber).

Gran boca la de este vino a sus 15 años de vida, con 22 meses de crianza en barrica francesa y más de 12 años de crianza en botella. (9,3)

Vinazo de Alejandro Fernández en una gran añada en la Ribera del Duero burgalesa.

Se nota maduro pero sin signos de debilidad. Creo que podría aguantar hasta 5 años más en muy buena forma pero, EMHO, creo que es para ir pensando en disfrutarlo ya viendo el estado en el que está (maravilloso).

Me quedan 2 botellas más a las que espero dar matarile en los próximos meses y, a más tardar, 1-2 años.

Su PVP rondaba los 22-24€ en su día, hay tiendas que lo tienen a 28€. En mi caso, pude conseguirlo en un lote, en el año 2010, algo por debajo de 20€ la botella. Muy buena RCP para lo que ofrece (y más viendo el desarrollo del vino pasados tantos años después, pues abrí una botella en 2010, y aunque estaba muy bueno, no era ni la sombra de lo que es el vino ahora mismo, habiendo mejorado sustancialmente respecto a entonces).

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