TOMBÚ 2016

Es un rosado que destaca por su color, ya que no sigue como se comentó durante la cata con la moda de rosados provenzales de tendencia hacia lo salmón. Aquí prevalece un color rojo similar al de las fresas o las guindas de los pasteles, con un ribete claro. Es un vino brillante y limpio con una densidad en copa que marca la lágrima. En cuanto a los aromas es un rosado con una paleta amplia de elementos dulces que nos recuerdan a nuestra infancia, golosinas, regaliz rojo, o fresas con nata. Además tiene un punto floral de violetas y cítrico como la piel de la lima muy sutiles y a mí personalmente me recuerda a los mazapanes de navidad o de San Donis de aquí de Valencia. En cuanto a la degustación del vino destacamos la sensación cremosa y de volumen que tiene, se reproducen muchos de las esencias percibidas en nariz, predominando la fruta roja como la fresa, además de sensaciones golosas como los caramelos que muchos habéis descrito, e incluso finas cremas pasteleras.

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