El vino Casar de Santa Inés Chardonnay 1997 tiene un bonito color amarillo con claras notas de oxidación.
En nariz se muestra esta oxidación noble con notas tostadas, manzana madura, flores secas, mieles y verduras maduras.
En boca tiene un ataque que marca la oxidación pero de manera ligera y elegante, con la fruta muy presente y madura integrada en notas tostadas y aderezada con miel.
Tiene amplitud y largura.
Color amarillo dorado que muestra sus años y evolución.
La nariz es curiosa y viene marcada por ligeras notas reductivas y oxidativas que rápidamente se abren y nos muestran membrillos, mieles, almíbares, manzana reineta, tostados y toques de flor seca, todo ello muy bien integrado y envuelto en ese aire que dan los años.
En boca entra con suavidad, sedoso, la fruta se nota así como su crianza totalmente integrada, elegante en su paso de buen peso y con un final muy largo lleno de matices.
Hay que valorar especialmente los años de este vino, su buena conservación y evolución, aunque evidentemente le falta acidez y nervio, lo cual compensa con una complejidad que difícilmente podemos encontrar en los blancos nacionales.
De color amarillo dorado.
Nariz muy interesante y fragante, con notas de pan tostado, miel y caramelo, muy ligeros, también de orejón, hinojo, manzana madura, incluso con un toque de manzana fermentada, vainilla.
En boca siguen saliendo otras notas como un toque mineral, algo metálico. Notas ligeras de oxidación. Las sensaciones en boca son de suavidad y permanencia, con un pequeño bache a mitad de acidez algo ajustada.
19 años muy bien llevados
Surge un aroma que me recuerda al pan de miel junto a unos soberbios y finos toques tostados, caramelo solano y manzanilla seca junto a una manzana reineta asada, resina, flor y mata de zarza, notas oxidativas nobles y lo más sorprendente, aún con peso de la fruta y un rico y fragante alcohol.
En la boca me llama la atención su vida y su mensaje, te llena de suavidad es puro terciopelo, parece que se va y resurge. Deja la boca impregnada de cremas y de notas ahumadas, sientes el caramelo y muerdes levemente la manzana. He de decir que en la recata el vino se cae por completo en boca, mejor quedarse con el primer encuentro. Sin embargo lo puntuo alto, porque pocos varietales de Chardonnay españoles se muestran firmes y claros después de estos 19 añitos.
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