Attis Sousón de otro planeta...

Me gusta y cautiva desde el primer instante, pese a su aroma a salchichón fresco y a pimientas rojas y negras. Se limpia y surgen hierbas de monte bajo, te introduce dentro de él, pisas ajedrea y tomillo. Es un vino silvestre y natural, franco, donde la fruta se escampa y te atrapa, sientes las moras, las fresas, también un lagar de sidra y el arándano, junto al endrino y a la cereza. Al tiempo (dos días después) gira o descubre una nueva cara más seria o compleja, donde surge la brea, el laurel y la resina, el rasgo mineral omnipresente que parece que te introduce dentro del terruño. También he de decir que me lleva a las islas por su contenido volcánico y peculiar.

En la boca el vino chilla, lleva bien marcada su línea, tiene una acidez muy de sidra y un toque -leve- pero agradable a más no poder, de acético, que gusta y respalda. Se "va" y nos deja contemplar la fruta a kilos, es salino, con un tanino golosote y bien maduro que nos hace creer que no está. Es jugoso a más no poder se bebe con agrado y como muy bien dice Josep, (en el momento de la cata) compruebas que este vino te sienta bien, que es sano, que puedes beber la botella entera y tu mente estará tan fresca y despejada como para pensar y soñar en el terruño donde estas uvas descansan. Deja para el final un punto seco que perdura y se agarra a las encías, le da garrote, espabila la boca y los sentidos, te pone en el principio y comienzas a sumar placer sobre placer.

Recomendado por 1 usuario

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar