Un vino que me ha gustado mucho ya que tiene un carácter asilvestrado, montuno, autentico.
Picota de capa alta y pequeño ribete granate. Nariz con cierto toque de reducción al principio que recuerda a la hojarasca más leñosa y a las notas vegetales tostadas. Hay arbusto, lentisco, mote bajo, hierbas aromáticas, y una fruta del bosque pequeña que va a más con la aireación y que recuerda a las grosellas y las moras. Final con un toquecito de caramelo inglés.
En boca es muy rico, con una estructura muy bien conformada y en donde la fruta ( grosella ) adquiere el protagonismo en la evolución, dejando matices especiados y vegetales al mismo tiempo, caramelizados, hasta llegar a un posgutso ciertamente “ picante “ y de grosella. Muy buena acidez como debe de tener una buena variedad graciano.
Un vino que me ha gustado mucho ya que tiene un carácter asilvestrado, montuno, autentico, muy fresco y con un futuro de algunos años más en botella. Aconsejo decantarlo mínimo 20 minutos para que se vaya esa reducción inicial. La etiqueta con un zorzal me trae muy buenos recuerdos, tanto familiares, como enológicos y cinegéticos. Aunque en este caso sea un zorzal tipo “ Picasso “, más que de los que revolotean en los viñedos, esos que tiroteamos y después nos comemos en salsa, con los también buenos robles de Ribera del Duero, “ Sembrando “ las mejores ilusiones tras cada bocado, como tras cada sorbo de este estupendo vino navarro.