Color rubí en transición hacia un teja amarronado.
Perfil aromático complejo y elegante con despliegue de aromas de los tres niveles. Encontramos cueros finos y cerezas pasas, notas balsámicas y armario de especias, ligeros barnices y hierbas aromáticas, aceitunas y violetas. Un caleidoscopio de aromas con definición y sin apelotonarse, cada uno en su sitio y en su momento, con armonía y sutileza.
En boca la entrada tiene potencia y estructura pero envuelta en armazón de frescura, el tanino manda pero el tacto es de seda, largo, equilibrado y musculoso.
Una deliciosa rareza del norte.
Rojo rubí con irisaciones teja.
Aromático, con un buen poderío frutal donde sobresalen frente a las demás, las moras y el arándano. Hay tanta frescura como madurez al igual que el recuerdo de la fruta extendida en una rebanada de pan como una buena confitura. Hay un fondo especiado tan sutil como contundente, resalta el café, el clavo y las pimientas.
En boca marca el tanino, ¡que raza y que poderío! Es un vino singular, te roba el alma, bueno, mejor el sentido. Porque sientes de forma alternativa y de forma continua una frescura y una acidez, que parece que el vino resbala en la boca sintiendo la fruta y todos los valores primarios, al igual que una madurez sorprendente y especiada. Lo disfrutas una y otra vez, sin fin...
Catado por Grpdetast http://grupdetast.com/catas/despedida%20de%20plaer.html
Color cereza rubí con borde violáceo-atejado.
Aromas de mediana intensidad a frutos muy maduros y en compota, tostados, regaliz, vainilla y toques de cuero, bastante bien la nariz.
En boca es fresco y suave, el paso de boca sorprende por su redondeo y finura, agradable y correcto, taninos finos, bien el retronasal con algunos aromas de la nariz y el final no es muy largo, pero tiene buena persistencia.
Un vino muy bebible y de fácil "comprensión", lástima que parte de su vida, tuvo que compartirla con un Quinta dos Carvalhais 2005, que lo quedó bastante minimizado.
Lo dicho, en general notable y hasta sorprendente.
Rojo cereza con ribete granate. Nariz con notas de piracina y muy genuina, a ciegas me hubiese decantado por decir que es un vino del Medoc francés. Frutillos silvestres en confitura como la zarzaparrilla y los arándanos, licor de casis, sobre aromas de especias, cueros recién curtidos, tierra de maceta, humus, monte bajo, hojarasca verde, lentisco, corteza de arbusto, notas de geranio, tabaco húmedo, mentoles con cacao y balsámicos. En boca es rico, fresco, esbelto en el paso, que se antoja algo rápido y de longitud media, con buena composición tánica que deja un agradable recuerdo en el posgusto de final sápido, pero también bajo ciertos matices acuosos que le otorgan cierta levedad, con la fruta del bosque siempre presente. Por vía retronasal salen las notas especiadas (magnificas) y de frutillos silvestres. Es un vino que me ha llamado mucho la atención, distinto a lo que se elabora en la zona y con algo que lo hace distinto. Creo que hace unos años estaría más en su momento, pero lo que me encuentro ahora me encanta.
Lo primero de todo, decir que esta bodega que trabaja vinos ecológicos con o sin certificación en el Bierzo es sorprendente y saben hacer muy bien las cosas. Dicho esto a lo suyo que es la nota de cata.
De color rojo rubí atejado y de media capa.
Manifiesta una fruta negra intensa, tipo mora, arándano, e incluso un punto de cassis. Especias negras sobre todo pimienta negra y algo de clavo. con el movimiento aparece un toque de cuero y un tostado prudente con un matiz de barnices de buena madera. Finaliza en nariz con un toque láctico. Aqui podemos cortar, a pesar de que este vino evoluciona en copa de una manera brutal, cambiando aromas y endulzándose tanto en nariz como en boca.
En boca es fruta. Tiene mucha untuosidad y volumen. Mantiene una acidez excelente para la edad que tiene este coupage.
Enhorabuena Pablo.
Color rojo rubí con ribete atejado.
Nariz de correcta intensidad con un inicio balsámico, fresco, con mucha fruta negra, un punto de barniz que ayuda a refrescar, vainilla, hierbas aromáticas, comino, unas notas lácteas, violetas, tostado... Es una verdadera sinfonía de aromas que van apareciendo al oxigenarse.
En boca tiene buena acidez, notas herbáceas frescas, amplio, elegante, complejo....
Vaya vinazo.
El vino Casar de Santa Inés tiene un color rojo rubí con tonalidades atejadas.
Nariz de gran complejidad y finura, que se abre con pinceladas de morroquinería fina y frescor balsámico. Le siguen un varidado bouquet de especias picantes (clavo, pimienta, cardamomo, cúrcuma), notas de aceituna negra madura, hierbas aromáticas y sutiles barnices. La labor del tiempo y el oxígeno nos traen notas florales de violeta, cerezas pasas y mucha frescura. Un perfil aromático en círculo que vuelve a empezar una y otra vez.
En boca el ataque es amplio, estructurado y potente y sin embargo, es increíblemente fresco y ácido, con un tanino que marca paso como guante de terciopelo sobre puño de hierro.
Una maravilla que ha pasado 27 meses en barrica y que tras 16 años de botella se muestra en todo su esplendor.
Visual:
Rojo rubí, ribete atejado y lágrima glicérica.
Olfativa:
La nariz es de buena intensidad y de entrada te reciben unos ricos terciarios. Es licoroso, hay barnices, cosméticos, hierbas aromáticas y balsámicos. Mueves la copa y sigue la fiesta. Pasas, cerezas, lácteos, flores, desván y hoja de tabaco. Y hay fruta, vaya si ahí ;-)
Gustativa:
Das un sorbo y mientras lo mantienes piensas, la ostia... que frescura!!! Ubicas aproximadamente el año y te sorprendes. Centrifugas en boca. Es frutal, con unos cueros finos, una buena acidez, su toque vegetal, intenso, voluminoso, con viveza, untuoso, complejo, elegante, equilibrado y una vez tragas dices..... qué vinazo!!!
En la copa es desde el primer momento increíble tiene mil y un matices, ahora quienes mandan son los terciarios envueltos entre los balsámicos y la rica fruta bien madura. Hay una fruta roja caramelizada, notas de cuero, barniz y ebanistería junto a una buena frescura frutal. Es un bouquet de hierbas y especias, sobresalen las pimientas, luego surge un fondo negro y terroso, a violetas, pimiento asado y grosellas, cassis, fina reducción, sabe jugar dentro del bien y del mal, me gusta su estilo.
Es de una boca amplia en inicio fresca y jugosa, ensalivas vive la acidez, a la par tiene un tanino delirante, como marca, pero no manda se agarra, sientes la fruta fresca y musculosa con vida y garra, de nuevo viene el tanino señala con rabia y equilibra la acidez, se convierte en una gozada.
En nariz surge la pimienta y la alcaravea, se limpia, se refina, toca la elegancia y se convierte en una brisa fresca, lo dicho, mil caras.