Salmon con reflejos cobrizos. Glicérico y no muy brillante.

Nariz media a flores secas, caramelo, compota de fresas. Manzana reineta.

Amplio, graso, acidez comedida, toque medicamentoso que afea la boca. Bastante largo. Vinoso.

Visual:

Rosa pálido. Bastante lágrima.

Olfativa:

Fruta roja (cereza, fresa), mentolados, panaderia, herbáceo y mineral. Con movimiento aparece la fruta de hueso (albaricoque), lácteos y hoja de limonero.

Gustativa:

Fresco, untuoso, paso ácido y final amargo. Postgusto a regaliz negro. Un rosado que te llena la boca, de cierta intensidad y persistencia y sobretodo muy frutal.

Visual:

Cereza pálido con tonalidades anaranjadas. Lágrima glicérica.

Olfativa:

Fruta roja fresca, mentolados, un punto mineral, chuchería ácida, hierba fresca, algo de cabello de ángel y fruta blanca en forma de pera.

Gustativa:

Bastante frutal y algo de chuches. Es fresco, denso, tiene un final amargo y buena permanencia. Me encanta ese punto graso que tiene.

El vino Arbayún Garnacha 2014 tiene color rosado pálido anaranjado y lágrima densa.
En nariz combina los rasgos de un buen rosado como son la fruta roja y la gominola con aquellos más habituales en el vino blanco como son la piedra blanca, el azúcar glass y la bollería. En el plano frutal encontramos el mismo equilibrio, con las notas aromáticas rojas de la fresa y las blancas de la pera.
En boca se muestra fresco, con entrada dulce y salida amargosa sobre un fondo cítrico. Goloso de azúcar blanco, sensación de amplitud y fina grasilla, fresco y untuoso a la vez. Rico, sin duda.

Tenía mucho interés en probar los vinos del nuevo proyecto Baja Montaña, de Fernando Chivite. El aval de los 40 años de trayectoria enológica de Fernando Chivite y su conocimiento de los viñedos de Navarra le han llevado a crer este nuevo proyecto en Liédena, a los pies de los Pirineos, entre la foz de Lumbier y las gargantas de Arbayún, que da nombre a sus dos primeros vinos, un blanco y un rosado.

Este rosado se muestra con un atractivo color rosa pálido (piel cebolla), muy límpido. En nariz se muestra bastante sutil (lejos de la explosión aromática de otros rosados de la zona) con notas de frutas rojas muy frescas, frutillos del bosque y ligeras notas florales. En boca tiene cuerpo y buena estructura, con volumen, paso agradable y largura por la marcada acidez. En retronasal recuerda las notas frutales y un ligero amargor final muy agradable. Un rosado fiel a la tradición de los buenos rosados navarros.