Los meursault son la leche. El otro día nos bebimos el Chanson Bastion de l'oratoire y mi mujer aún flipa. Un vino limpio, cristalino, casi achampañado, alejado de todo vestigio de las peras, platanos y demás registros habituales. Una auténtica maravilla. El problemón es cuando te vuelves p'acá, que no te gusta ningún blanco.
Mal negocio los meursault ... Los pruebas y ya no vuelves jamás al lado oscuro, pero entre que los de provincias no tenemos fácil acceso a los mismos y que el bolsillo lo nota... pues ahí está el problema. Mañana me acerco a Madrid a un congreso, a ver si puedo escaparme a vinissimus o a lavinia y me hago con un par ¿alguna otra enoteca para encontrar algo de interés? ¿alguna recomendación? No te cortes, que voy con la visa :-)
Un abrazo!