El tiempo lo dirá...

De color cereza granatoso de capa media-alta, muy extraído, opaco. Reflejos rojizos y anaranjando, brillante, limpio aunque con un leve sedimento en la base de la botella. Borde cobrizo, estrecho, muy pronunciado respecto al exterior del menisco.

Siguen despuntando ciertas notas de crianza (humo, chimenea, ahumados) sin apariencia de haber llegado a integrarse del todo después de estos años. Apuntes tostados, especias, pimienta, clavo, café quemado, con un suave y atractivo deje vegetal a huerta que hace pensar que por ahí hay ronda algo de cabernet sauvignon. Necesita airearse para dar espacio a fruta negra y roja, sin el más leve asomo de sobremaduración, regaliz Zara y un tímido fondo floral que saca algo de cuero. Marcado carácter varietal que va dejando un resto perfumado de pétalos y balsámicos.

En boca es de presencia austera, de medio cuerpo, seco, tostado, con taninos aún marcados y duros. Fuerte acidez, mucha concentración, tostados a paladas y una clara falta de integración general. Hay una excelente materia prima que se hace notar pero que no ha tenido tiempo de desarrollarse. A día de hoy es un buen ejemplo de tinto "duro". Un vino que se sale de los parámetros habituales de la bodega y que no se parece a los clásicos de hace décadas. Lo mejor sería probarlo dentro de 10-15 años y ver qué es de él. No se pueden hacer apuestas ciertas con estos nuevos tintos riojanos por que aún no hay experiencia con su evolución. Ya se verá...

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/03/la-vicalanda-2001-gran-reserva.html